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sábado, 25 de febrero de 2017

La Complejidad.



      El estudio de lo complejo ha impactado también en el ámbito más directo de las interacciones de los seres humanos: la educación, la interpretación de la sociedad, la política, y la comprensión del momento actual que vive la humanidad. El problema de la complejidad ha pasado a ser el problema de la vida y el vivir, el problema de la construcción del futuro y la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos. En palabras de Edgar Morín, cuando se habla de complejidad, se trata de enfrentar la dificultad de pensar y de vivir. Hablar de la ética del Género Humano desde la perspectiva del Maestro Ideológico Edgar Morín, en su magnífica obra “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”; es discernir una serie de concepciones complejas que socializa la realidad del género humano en una vinculación que involucra al individuo/sociedad/especie como un sinergia que hace posible la vivencia plena de la especie humana. En este apartado los individuos se consideran el resultado del proceso reproductor de la especie humana; que vive en un constante progreso evolutivo social de generación en generación. Por lo que tal dinamismo entre individuos abre paso a la sociedad y ésta en un método cíclico hace al individuo. En la que la educación, el conocimiento, la cultura, entre otros aspectos, emerge de dichas interacciones, la base de valores y principios que lo hace único entre las especies. Condición que hace efectivo la afinidad existente por el pensamiento tripartito del autor con relación al tema. Haciendo una conexión que no solo los hace inseparables sino un elemento inspirador entre sí. Conformando una igualdad plena de funcionamiento conciencial. En la que toda interpretación que se pudiera dar de estos enfoques necesariamente, según la idea que proyecta el autor, es fundamentalmente unida; sin dejar de lado que toda concepción del género humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentimiento de pertenencia a la especie humana. En la conformación de la complejidad ética que busca un fin esencial elevar el nivel propio de la conciencia en los seres humanos.
     Enfrentar las incertidumbres no es otra cosa que hacer frente al tiempo en que vivimos, ya que desde el punto de vista más general estas están relacionadas con el futuro, pero también las incertidumbres se refieren a la validez del conocimiento y a las consecuencias derivadas de nuestras decisiones, para ello destaca este autor que nuestra educación nos ha instruido muy bien para abordar certezas y no para afrontar dificultades, y lo más irónico del caso es que actualmente navegamos en un mar de incertidumbres con escasas islas de certezas; es decir, estamos obligados a prepararnos más para enfrentar las incertidumbres.

      Como investigadores esta situación nos obliga a apostar por estrategias flexibles que nos permitan amoldar nuestros planes a las vicisitudes que se deriven de aquellas acciones que de una u otra manera se proyecten hacia largo plazo, ya que es en este momento donde las incertidumbres son impredecibles.

Como educadores, Morín nos hace un llamado a través de una serie de principios que nos van a permitir ver las incertidumbres como parte fundamental del quehacer diario en nuestro campo laboral, y estas deben ser abordadas con estrategias creativas y flexibles, abiertas a nuevas formas y planes. Estos principios que Morín describe en su libro “LOS SIETE SABERES”, proporcionan un conjunto de conocimientos necesarios para visualizar y afrontar situaciones de incertidumbre de manera sencilla.
     La complejidad la encontramos en todas las disciplinas solo debemos ver más allá de lo que nuestros ojos quieren ver para poder entender las necesidades y carencias de las teorías  ya  impuestas,  entendemos que la educación necesita un cambio de forma y estilo y por lo tanto creemos que la educación del futuro debe considerar saberes que son normalmente ignorados en la educación actual. Debemos considerar que el conocimiento es una interpretación limitada de nuestros sentidos: la vista, el oído, el tacto el olfato. Hay veces en que las ideas pueden convertirse en “dioses de una religión” y nos cerramos a su interpretación a la luz de nuevas ideas.  Así como hay seres humanos falsos y verdaderos, también hay ideas falsas y verdaderas. Debemos abrirnos a nuevas ideas, en conjunto y no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas aceptadas o antiguas. Primera e ineludible tarea de la educación para afrontar tal ceguera, ha de ser la de enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento.
     La complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad donde se accede al conocimiento y la comprensión del ser humano, es decir, que la persona debe ser complejo llevando en si los caracteres antagónicos, dedicándose a diversas actividades y no a lo unilateral. Es por eso, que en la teoría de la complejidad se nos permite estudiar y comprender fenómenos políticos, económicos, naturales y sociales, ciencias que antes se estudiaba por separado, que hoy se estudia de forma compleja, por tal razón, debemos recordar que somos parte de un sistema eco social, con jerarquía morales donde las ciencias sociales bajo el método científico busca la estabilidad del ser humano. Es por lo antes mencionado, que la educación del futuro debe ser de primera y universal centrada en la condición humana donde cada quien se pregunte ¿Quiénes somos, Dónde estamos, Dónde venimos y Dónde vamos? de esta forma preguntamos nuestra situación en el mundo para aclarar las multidimensionalidad y complejidades humanas desarraigándose de las costumbres, ritos que son consideradas como propia de la cultura de la que proviene cada ser humano, para luego construir un abordaje al proceso del desarrollo en un mundo donde las sociedades no han dejado de fracturarse entre una nueva clase por un lado y la ciudadanía por el otro.
     De esta manera, de la mano de Morín concluimos que si la primera tarea es la de enseñar un conocimiento que forme a la humanidad para criticar el conocimiento; el primer objetivo de la educación del futuro será apropiar a cada uno de los estudiantes de la capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del mismo, en un escenario social de re flexibilidad, crítica y sobre todo, de convivencialidad ideológica.

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